Futurismo, constructivismo y nuevos medios tecnológicos.

Siempre llega un momento en que el mundo parece dejar atrás al arte, cuando ya no es suficiente y es indispensable ubicarse en tiempo y espacio para entender lo que pasa y lo que pasará con nosotros. El futurismo en Italia y el Constructivismo en Rusia se dieron en fechas parecidas, un sentimiento de que había que liberar al arte de antiguas y gastadas técnicas y medios expresivos, ofrecer otras salidas al pensamiento invadía a ambos movimientos. Sintieron que debían renovar el arte y estar de acuerdo a tiempos modernos, necesitaban entender y dominar los cambios producidos en la sociedad a partir de la revolución industrial. La vida antes y después de las máquinas.

El constructivismo ruso buscaba comprometerse al socialismo buscando la creación de una nueva sociedad revolucionaria, esto a partir de la funcionalidad social del arte. Sus fines eran principalmente políticos y la publicidad era una buena herramienta para llegar al pueblo, de forma masiva. Trabajaban para eventos públicos y carteles para el gobierno de la revolución. Su estética se inspiraba en la maquinaria, en lo dinámico que enfatizaba y apoyaba los cambios e innovaciones tecnológicas.            

Se creó la “Ventana Rosta”, proyecto de información pública en donde participaron Vladimir Mayakovski y Alexander Rodchenko. Este último exploró con la fotografía que le permitía mostrar vistas inéditas de la vida cotidiana así como sensaciones nuevas e imágenes abstractas.

El constructivismo buscaba estar presente en la vida pública durante la revolución, fusionar el arte con el nuevo modo de vida. El fotomontaje y los encuadres abstractos muestran el interés por ir más allá de los hechos, buscaban verlos con ojos nuevos, perpetuarlos y modificarlos. Los nuevos medios tecnológicos eran una opción para esto, ir más allá teniendo en cuenta los avances en la física para tomar en cuenta el factor espacio-tiempo, gravedad, tensión etc. Sus construcciones visuales son casi matemáticas, muestran éstos fenómenos vinculados al pensamiento y a la vida.             

Se buscaban nuevos medios que impactaran para proponer un estilo de vida personal y social que trascendiera. Gustav Klutsis fue el que más utilizó los medios experimentales, tecnológicos para la propaganda. Instaló cabinas radiofónicas en las calles de Moscow. Grabadores de voz, megáfonos, pantallas y proyectores para dar un mensaje directo, composiciones dinámicas en donde las escalas y el espacio pueden ser distorsionados.

El mismo sentido de crear una nueva sociedad la tenían los futuristas. Adoraban la sociedad industrial, sus máquinas y velocidades. Pretendían dejar atrás todo el pasado y enfocarse en el dinamismo de su época y su imagen futura. También salieron a las calles a publicar su ideología, por medio de manifiestos y ocuparon la mecánica y las nuevas teorías de la ciencia. Experimentaron con el efecto estroboscópico (efecto óptico que se produce al iluminar mediante destellos.) El movimiento mecánico les interesaba llevarlo más allá al conocimiento y a la forma de vida.

Louigi Russolo planteó que la revolución industrial le dio al hombre moderno la gran capacidad de apreciar sonidos más complejos, pretendía olvidar la cuadratura musical clásica y crear un nuevo sistema musical en base a ruidos. Mencionaba que el sonido comienza a existir con las máquinas del siglo XIX, antes el mundo era callado. Creó instrumentos musicales llamados Intonarumori con un mecanismo básico que permitía controlar los tonos en diferentes ruidos. Estos instrumentos proporcionaron nuevos tipos de notación musical. Llegó a dar conciertos con orquestas de Intonarumoris. Estos sonidos eran puros, permitían sensibilizar el oído y escuchar los ruidos de la ciudad dados por hecho, intentan situarlos y fundirlos con la experiencia.

Multiplicar lo sensitivo a la vez que intentaban adaptarse a un nuevo mundo en crecimiento. El uso de tecnología se comenzó a usar para encontrar otra forma de sentir y percibir en contexto histórico, mundos más variados y complejos para complejizar los sentidos. Proyectarse en la visión de un mundo futuro.