jueves, 13 de febrero de 2014

Sobre el libro "Después de la fotografía"

Percepciones en constante movimiento, esto fue para mí el punto clave del libro. La descentralización de los significados y significantes continuamente relacionándose en nuevos contextos, creando nuevos significados. Ya no hay linealidad, las imágenes se dividen para abarcar más, por ejemplo, en la publicidad.
Se crearon íconos de belleza y perfección que ahora se ven relacionados con todas las fases y acciones de la vida cotidiana. Los anhelamos y vamos adquiriéndolos como propios.

Ante esta invasión de imágenes la lectura y su interpretación cambian. La fotografía y en general la imagen se convierte en la mirada universal, lo que vemos y a la vez en lo que basamos nuestras propias experiencias. Como un círculo.
Se usa la fotografía para representar el presente y la observamos como presente, ya no parece haber una conciencia clara de la idea de pasado representada en la fotografía. Esto es más claro en el fotoperiodismo y toda la publicidad.
Espectadores vacíos, seguidores de una percepción colectiva en donde fotografiar puede ser algo significativo y diferente o tan solo una idea más desprendida del estereotipo general.

La acumulación de imágenes sólo nos demuestra cómo no somos parte de eso, no existimos en esa mirada colectiva pero la conservamos tomándola como modelo.
A veces anhelo un mundo sin imágenes, en donde la percepción siga siendo por parte de los sentidos más puros del cuerpo y poder volver a empezar.

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